domingo, 29 de mayo de 2011

Asco, vergüenza y miedo.

Si en la campaña de las municipales hubo información, opinión y análisis fue gracias a las viñetas de humor, pues reflejaban las actitudes de los partidos y los políticos intervinientes. Especial atención dedicaron nuestros magníficos humoristas a las fuertes declaraciones xenófobas de algunos partidos, sobre todo en Cataluña, equiparando a los inmigrantes con delincuentes o enfermos. Y es que la mala uva y estupidez de algunos panfletos o declaraciones en relación con la emigración han sido para denunciar en el  juzgado de guardia. Ferreres lo retrató muy bien en una viñeta del diario Público, el viernes 18 de mayo. En ella se veía una caseta de propaganda electoral con el lema “Somos como tú” ¡Vótanos! Y un candidato dice a un posible votante, “¿Sabía usted que enfermedades que ya se habían erradicado han vuelto por culpa de los emigrantes?”, y contestaba el votante “Ya decía yo, desde que tengo de vecinos a unos asiáticos me mata el lumbago”. Lo triste es que no era un chiste, sino la realidad, pues lo dijo el candidato del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz. Los emigrantes en Cataluña han recibido de partidos ultras como La Plataforma per Catalunya de Josep Anglada -65.000 votos y 67 concejales- un tratamiento hostil y la demagogia más populista. El candidato del PP y posible alcalde de Badalona, García Albiol, se ha apropiado del discurso xenófobo y antiinmigrante de los ultras y racistas. Ayer insistía  en la prensa catalana diciendo que desde 2003 está pidiendo mano dura contra la inmigración, mucho antes que lo pidiera Anglada. Y para colmo Anglada se burla de García Albiol, acusando al PP de aprendiz y copión, daría risa si no causara asco, vergüenza y miedo. Así que, no necesitan pelearse por el discurso racista, xenófobo y antiinmigrantes, porque los dos son lo mismo de populistas y demagogos. Lo que deben hacer es unirse y olvidarnos, y no dar ese penoso espectáculo, tan trágico como cómico. Porque uno y otro hacen el mismo daño a nuestra democracia, a la necesaria cohesión social y a la integración de los inmigrantes. Cómo pueden llamarse partidos democráticos con esos impresentables discursos e ideas.  Y lo peor es que con esos populismos ponen en crisis el sistema democrático y la dignidad de la política. Pero eso les importa poco con tal de conseguir votos y el poder, que es lo que en definitiva buscan.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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