miércoles, 25 de mayo de 2011

No hay futuro, sin cambio.

Se están realizando análisis de las próximas elecciones generales con los resultados del escrutinio de las municipales del domingo, provincia por provincia, y aplicándose la Ley D´Hont, tal y como se hace en las generales. Con estos datos el PP, y otros analistas, anticipan una victoria de los populares en las elecciones previstas para el año próximo. Ya no se acuerdan que hace cuatro años el PP superó en votos al PSOE en las municipales y luego perdió las generales. Aunque esta vez la diferencia es mayor y más difícil de revertir.
El País también hizo ayer una  extrapolación de los resultados de las municipales. El reparto de los diputados sería más plural, alejándose del bipartidismo al que nos veíamos abocados desde el inicio de los años 90. Esto parece bueno para la democracia. Según el estudio de El País, el PP sería el grupo mayoritario, ganaría 12 diputados, pero sin mayoría absoluta. Y el PSOE no llegaría a los 125 diputados del año 2.000, perdería 54, por lo que le sería imposible formar Gobierno. Así que las dos fuerzas políticas mayoritarias lo tendrían difícil para gobernar, una más que otra. Pero el mayor salto, según este estudio, lo darían IU que obtendría 15 escaños y Bildu con 7 diputados. Además de Bildu, entrarían en el Congreso el PA, el PAR, el PRC, los nacionalistas de Lanzarote y los ultras de Plataforma por Catalunya. ¡Sorprendente! Pero mejor dejar estos ejercicios aventurados de política ficción a los que son tan aficionados analistas y partidos, y volvamos a la realidad del domingo.
Pensemos, previamente, que si no queremos hacer realidad estas extrapolaciones es necesario animar a mucha gente derrotada, deprimida o desconcertada, sobre todo a esos abstencionistas críticos que están perdidos en sus dudas y laberintos. En el ámbito municipal,  las urnas han castigado severamente al PSOE, que pierde siete puntos respecto a los comicios del 2007 y queda casi dos millones de votos y diez puntos por detrás del PP. Esta vez los resultados no han desmentido las encuestas. Pero este debacle electoral producto de la decepción con Zapatero de muchos votantes socialistas o de izquierdas -que no han entendido que Zapatero asumiera un programa necesario de estabilidad, austeridad y reforma, forzado por la UE-, no ha sido aprovechado por IU. Posiblemente por sus abigarradas propuestas, que muchas veces no tienen en cuenta la realidad. El PP en esta campaña ha logrado siempre marcar los terrenos de juego -hasta la sorpresa de los jóvenes indignados el 15-M- de forma que los mítines y declaraciones sólo se centraran en los temas previamente señalados: la economía, el paro y la falta de credibilidad de Zapatero, según ellos. Sus mensajes simples y consistentes han tratado de contaminar la imagen de los líderes socialistas, locales o autonómicos, arrimándolos a la alargada sombra de Zapatero. Todo lo demás quedaba fuera de la campaña. Pero, por qué el PSOE no ha hecho más para romper esa estrategia. Había o no una estrategia diseñada para minimizar el voto de castigo que los ciudadanos están propinando a sus gobernantes en todos los países en crisis. La comunicación de los socialistas en la campaña ha resultado incierta y contradictoria. Primero, un plan para buscar la complicidad de la calle, “El gobierno de tu calle”, y luego, las conversaciones de tú a tú con los vecinos, personalmente o a través de las redes sociales. Al final Zapatero, que había anunciado no volver a presentarse para no contaminar la campaña, ha acabado protagonizándola y metiéndose de cabeza en las provocaciones del PP. Así lo reconocía la noche del domingo, “No hemos podido ni sabido llegar con nuestras razones a muchos de nuestros conciudadanos”. Esta sorprendente situación ha hecho que los reproches que merecían los candidatos corruptos del PP, se hayan dejado de lado en la campaña, menos mal que todavía quedan las denuncias de la buena prensa.
Dicho lo anterior, quisiera en este análisis profundizar en el desastre electoral de Andalucía, lo que conozco mejor. Porque además de lo dicho sobre la crisis, el paro y Zapatero, se han unido otros elementos como la falta de pulso del partido, con más tecnocracia que ideas; el discurso aburrido de sus dirigentes, que no han sabido captar el afecto, el interés y mucho menos el voto de sus electores; y un aparato regional y unos secretarios provinciales de escaso o nulo liderazgo, que no han sabido afrontar problemas puntuales como la contestada reforma de la función pública de Andalucía o los ERE. Los socialistas necesitan con urgencia cambios importantes, especialmente en Andalucía. Se debe contar con  los mejores, hasta ahora no se ha hecho, ni se ha visibilizado. También hacen falta más ideas, más política y el gobierno de los mejores. Griñan con esas propuestas llegó a la presidencia de la Junta. ¿Se ha olvidado de ellas? Mañana más.

María José Jiménez izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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