lunes, 30 de mayo de 2011

Una causa justa.

Ahora dicen que los/as jóvenes del 15-M son antisistemas y que hay que desalojarlos de las plazas públicas. No es verdad, el sistema los ha excluido a ellos. Sin embargo, están dispuestos a luchar por la justa causa de la democracia real y, además, de forma pacífica, no violenta. No sé cómo algunos políticos se sorprenden de estas protestas, lo extraño es que no hubieran sucedido antes.  Su descontento no es en vano, sino que tiene argumentos de peso: el poder político se ha distanciado de la gente; la corrupción pasa sin castigo por las elecciones; y el mercado laboral y los sindicatos miman a los que tienen empleo fijo y abandonan y olvidan a los que no lo tienen. Puede que las protestas se vayan apagando poco a poco tras las elecciones, los desalojos a palos y la brutalidad de alguna policía autonómica, pero que no se hagan ilusiones los partidos, sobre todo los de derecha, porque a menos que se renueven, se modifique la ley electoral y se presenten planes radicales de mejora de la situación de los/as jóvenes, volverán, aunque se vayan hoy o mañana de las plazas públicas. Volverán porque tienen razones y motivos para ello. 

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