viernes, 20 de mayo de 2011

Recuperar la democracia.

Por fin llegó la democracia a la campaña electoral, no sé si será una fiesta, pero sí sé que está viva y goza de buena salud. Esto ha sido posible gracias a los jóvenes indignados de “Democracia Real Ya”, que se han movilizado para demandar un nuevo modelo político, económico y social. No vienen a cambiar el sistema, sino a exigir que este funcione de otra manera. Que su voto sirva para algo. Que se articule la sociedad civil. Que en el pulso que hay entre lo económico y lo político, ellos también puedan aportar sus argumentos. Están cansados de ser el futuro, quieren ser el presente. Todo esto inquieta y preocupa a la derecha, porque les ha roto los esquemas y la estrategia de una campaña, que habían previsto anodina y de baja intensidad para desmovilizar a los votantes de izquierda. Los jóvenes se la han reventado. El PP no quiere movilizaciones sociales que no pueda controlar, de ahí sus denuncias a las Juntas Electorales para que estudien si los jóvenes agrupados en el Movimiento 15-M y concentrados en las plazas de las grandes ciudades, principalmente en Madrid, interfieren la campaña. Además, saben que estos jóvenes indignados no son  potenciales votantes suyos, no les interesan. Para la derecha, los jóvenes como mejor están es callados, que no se les note, que no se les vea, aunque sean el 45% de los desempleados según la EPA (Estudio de Población Activa). Ahora, quieren participar y no les dejan. Se olvidan del derecho  de reunión pacífica en lugares de tránsito público que les reconoce el artículo 21 de la Constitución Española. Que miopes y caducos están, políticamente hablando, los que les quieren negar este derecho. Lo resume El Roto en El País: “Los jóvenes salieron a la calle y súbitamente todos los partidos envejecieron”… Y es que lo que está sucediendo en estos días,  políticamente y socialmente,  es uno de los episodios más interesantes y sugerente de nuestra democracia. El principio de algo. Por eso, que todo este ruido nos pille despiertos, porque ellos somos todos nosotros. ¿Continuará el movimiento después del 22-M? Ojalá. ¿Crecerán o acabarán sus sueños? Motivos y objetivos no les faltan, pero la respuesta está en el tiempo o en el viento, como decía Bob Dylan.
María José Jiménez Izquierdo

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