miércoles, 18 de mayo de 2011

El Grupo Greco y la corrupción en España.

El Grupo de Estados europeos contra la corrupción, conocido por Grupo Greco, fue creado en 1998 por el Consejo de Europa. A este grupo se han adherido libremente 42 países, entre ellos España, pero no Rusia, ni Italia, ni Suiza. El Grupo Greco pretende aunar y coordinar una serie de actuaciones encaminadas a la evaluación de la corrupción de los países miembros para después aportar recomendaciones con el fin de atajarla o controlarla. No se trata de una labor policial anticorrupción, sino de recomendaciones realizadas a los Estados. En la primera ronda de evaluación que se aprobó en el año 2.001, España recibió diez recomendaciones. Una de ellas sobre la poca eficacia de la fiscalía, recomendación obvia, pues la fiscalía podría haber hecho mucho más en la lucha contra el cohecho o el soborno y la corrupción en nuestras instituciones. Otra recomendación reclamaba la adhesión de España al convenio penal contra la corrupción de 1.999, pero el PP durante los ocho años que gobernó no quiso firmarlo, porque no era un problema capital que se plantearan los ciudadanos españoles. El Gobierno socialista lo hizo en el año 2005 y lo ratificó en el 2010 y 2011. Y también ha revisado el Código Penal, mediante la Ley Orgánica 5/2010 de 22 de junio, para reformar y agravar la penalización de los delitos de cohecho y corrupción. El PP se abstuvo en Congreso y Senado, pues sigue pensando que esa no es una preocupación importante para los españoles. En el mes de Abril se ha presentado la tercera evaluación aprobada por el Grupo Greco en la 50ª sesión plenaria del Consejo de Europa. En el nuevo informe se hace hincapié sobre la opacidad de las cuentas de los partidos y la falta de transparencia de su financiación. El informe también constata que en materia de corrupción los partidos no han hecho los deberes, sigue siendo la gran asignatura pendiente. Y es que se han dicho tantas cosas y tantas veces sobre la corrupción que no deberían quedar dudas sobre el enorme daño material que causa y la amenaza que representa para el imperio de la ley y para el desarrollo de la democracia. La corrupción es el más peligroso de todos los fenómenos patológicos sociales, porque no ataca desde fuera al Estado, sus instituciones y los principios básicos de la democracia, sino que los corroe desde dentro como parte integrante de cada administración pública. En esta reflexión estaba, cuando vi en la prensa las fotos de los manifestantes de Democracia Real Ya, que abarrotaban anoche la Puerta del Sol de Madrid tras el desalojo policial de la madrugada anterior.  En sus carteles se leía “Tenemos derecho a indignarnos” o “No nos representan”. Percibo que los indignados -no confundir nunca con violentos o antisistemas, pues ni son lo mismo ni quieren lo mismo- no se rendirán hasta conseguir una mejor democracia para nuestro país, reivindicando un nuevo modelo político, económico y social. El resto de los ciudadanos deberíamos estar igual de indignados al ver a Rajoy en la plaza de toros de Valencia respaldando a los imputados Camps y Ripoll, el primero implicado en el caso de los trajes  y el segundo, en el caso Brugal de Alicante. Y es que las fotos, sobre todo esas fotos del PP, valen más que mil palabras, porque son todo un símbolo de esa política que critican con tanta firmeza los jóvenes airados del 15-M.    

Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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