jueves, 26 de mayo de 2011

El momento de la verdad.

Algunos dirigentes del PP me decían, con cierto cinismo, antes de las elecciones: “Lo importante en política es tomar el poder, luego ya veremos cómo se administra y qué cosas se  hacen”. Pues bien, ya lo han tomado, las elecciones locales y autonómicas celebradas el domingo han dejado un nuevo reparto del poder territorial a favor del PP. También han dejado algo más, ahora será este partido el que tendrá que decidir cómo manejar los delicados temas sobre los que ha construido su campaña y cómo gestionar el déficit presupuestario de las instituciones locales y autonómicas. Asunto que no sólo no ha sido objeto de atención durante la campaña, sino que ni siquiera ha llegado a ser reconocido públicamente. Carece de sentido que los populares caigan en la tentación -que caerán, no tengo la menor duda- de echarles todas las culpas a los socialistas, porque en la acumulación de este déficit no hay fuerza política que salga mejor parada que otra. Y menos ahora que los socialistas han sido desalojados de muchas instituciones donde gobernaban para ser reemplazados por los populares. Así que al PP le ha llegado el momento de la verdad, de la responsabilidad y de hacer cosas. Ya no se pueden ocultar por más tiempo las tareas que estaban pendientes en los ámbitos municipales y autonómicos. Por eso el PP, como estrategia o coartada para posponer el reconocimiento de la realidad con la que se va a encontrar, ha empezado a reclamar un adelanto de las generales. No sé cómo piensa cumplir sus promesas sobre el pago de las deudas y el empleo de esta campaña. La deuda municipal y autonómica es una bomba de relojería que puede provocar previsibles turbulencias financieras en todo el país. La morosidad afectará a muchas pymes y trabajadores autónomos, que son los que tienen menos capacidad de negociación, multiplicando la mortandad empresarial y dificultando aún más la creación de empleo. Y cómo afrontará las consecuencias derivadas de decirles a la gente de su pueblo o comunidad la verdadera situación en la que se encuentran su economía, como ocurrió con Zapatero en su noche negra del 9 de mayo del 2010, cuando tuvo que despertar de su ilusión, y asumir el mayor recorte del gasto público que se recuerda desde la instauración de la democracia. Y sí los recortes de Zapatero tuvieron consecuencias y arruinaron las expectativas de su partido en esta elecciones, lo mismo puede ocurrir con los populares en las generales del año próximo. Que miren Alemania, donde celebraron el domingo los quintos comicios regionales -equivalentes a nuestras autonomías- de los siete que tienen convocados para este superaño electoral, donde el partido de gobierno (CDU) de la canciller Ángela Merkel ha sufrido su quinta derrota. Así que demos tiempo al tiempo.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

1 comentario:

  1. Tiene razón, pero ello no lo hace más llevadero. Hasta ahora, a mi juicio, lo que ha ocurrido es que ha saltado el tablero político por los aires y algunos piensan que está todo hecho. Habrá que ver y me temo que con asombro para más de uno, cómo la perspectiva de oposición y gobierno se intercambian, según que acera tomes...

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