miércoles, 8 de junio de 2011

La estabilidad municipal.

Los municipios españoles constituirán el próximo sábado, 11 de junio, las corporaciones proclamando a los gobiernos que los gestionaran hasta 2015. Estos cuatro años constituirán un periodo crucial para los ayuntamientos, porque su frágil situación financiera se ha agravado todavía más, en la pasada legislatura, con el cierre del grifo de la financiación bancaria, ya que la crisis económica y financiera atacaba desde todos los flancos. La pérdida de ingresos, sobre todo del sector inmobiliario, ha dejado a muchos de ellos en la bancarrota con deudas estratosférica -35.000 millones de euros a empresas que prestan servicios como limpieza y basura, y a los proveedores de bienes-. Sin contar con el impago de nominas a las plantillas municipales. El futuro se presenta de lo más oscuro para muchas ciudades y pueblos con deudas millonarias. Sin embargo, en la campaña electoral no se ha querido hablar de este tema, porque es un problema de difícil solución y lo que importaba era el voto. Tampoco se ha hablado de los planes de estabilidad presentados por España en Bruselas, que incluían los compromisos de reducir los déficits locales, autonómicos y estatal. Ahora si toca hablar, pero para echarle la culpa a los socialistas, cuando las mayores deudas están en los ayuntamientos populares, según los datos contrastados públicamente. El gasto de las comunidades del PP ha sido cuatro veces superior al del PSOE en el último año. Sin embargo, dicen los voceros del PP en “La Razón” que “El PSOE deja tras de sí en muchos ayuntamientos más de un agujero negro”. Y digo yo, porque no lo investigan y, en caso de haber agujeros negros, denuncian ante los juzgados para que los culpables asuman las consecuencias. Ya no nos lo creemos, tenemos la experiencia de 1996, cuando ganaron con Aznar no pudieron probar las mismas o parecidas acusaciones. Pero que más da si las acusaciones y mentiras quedan impunes. Acusa y miente que algo queda, aunque nada hubiere. Así que, en esta coyuntura, al partido ganador de la mayoría de los medianos y grandes municipios -más de 50.000 y 100.000 habitantes-, que son los que tienen las excesivas deudas y los grandes déficits, ya no le queda más remedio que ponerse a la tarea de recortar el gasto público. Ya está bien de excusas, que empiecen a mejorar la eficiencia en la gestión y no busquen justificaciones en lo encontrado. Claro que para eso, y para poder pagar las deudas y ajustar los déficits, tendrán que buscar soluciones imaginativas. ¿Serán capaces? Todo lo que no sea esto es marear la perdiz.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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