sábado, 5 de noviembre de 2011

La salud, un bien público o privado.

El Concejero de Sanidad de Cataluña, Boi Ruiz, ha dicho hace unos días que la salud es “un bien privado que depende de cada ciudadano y no del Estado”. Está muy claro que para CIU y la derecha española no se trata de ajustes, ni de recortes, sino de un desmantelamiento programado de la sanidad española cumpliendo recetas neoliberales. Vamos, dejarle la salud al mejor postor. Así que ya no hay dudas para los ciudadanos. A partir de las próximas elecciones generales, se pondrán en cuestión los principios de la Organización Mundial de la Salud y el derecho a la protección de la salud, derecho reconocido por el artículo 43 de la Constitución, que encomienda a los poderes públicos la organización y tutela de la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. Sabían el millón doscientos mil ciudadanos que votaron a CIU en las elecciones catalanas que para éste partido la salud es un bien privado. Y sabemos los españoles que piensa hacer el PP con la sanidad pública después del 20-N. Su programa no concreta nada sobre el futuro de la sanidad española. Dice el portavoz del PP, González Pons, que ningún español puede ser tan idiota como para seguir votando al PSOE, pero cómo podemos votar al PP si vemos lo que están haciendo en las comunidades autónomas que gobiernan: recortan derechos consolidados, atacan la enseñanza pública, desacreditan a los sindicatos y destruyen puestos de trabajo con sus medidas de ajustes y austeridad. Por eso no puedo comprender que las víctimas de la crisis puedan votar a un partido de derecha cuya identidad está ligada a los poderosos, responsables de sus sufrimientos, en vez de apoyar a un partido de izquierda, el mal menor, que ha luchado siempre por sus derechos. Yo no soy una víctima, pero tengo que ser un idiota porque seguiré votando al PSOE.
Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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