lunes, 14 de noviembre de 2011

Lo quieren todo: poder político y económico.

En esta crisis económica existe una “puerta giratoria” para que algunos personajes mal llamados independientes o tecnócratas pasen desde el poder económico al político y viceversa. La realidad es que siempre hubo esta reciprocidad entre ambos poderes, pero ahora más que nunca como vemos en Grecia, Italia o el Banco Central Europeo (BCE). Se acabaron las dudas y las formas. La política y los políticos, según el poder financiero, ya no son tan necesarios para gobernar, sobre todo, cuando vivimos una crisis como la actual. Esto era un lujo en la época de bonanza, pero algo que no podemos permitirnos en tiempo de crisis. Ahora lo que toca es la tecnocracia: el gobierno de los expertos, y si son de economía y de ortodoxia probada mucho mejor. ¡Qué absurdo! Hasta dónde llegaran con los ajustes democráticos. Miedo me da. Grecia e Italia cambiaron esta semana de jefe de gobierno sin proceso  electoral. Las urnas no son necesarias en esta crisis y, además, una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir, nos recalcan los que mandan en los mercados. En España por ahora no será necesario, porque Rajoy cumplirá sin vacilar lo que se le mande. En esta crisis, el círculo se va cerrando y, cruel paradoja, los mismos que nos metieron en ella serán ahora los que nos gobiernen. Ahí está el todopoderoso banco inversor estadounidense Goldman Sachs que en los años de plomo ayudó a Grecia a maquillar sus cuentas con la colaboración de sus ejecutivos, Mario Draghi, Mario Monti y Lukas Papadimos, responsables de la ingeniería contable y de diseñar el “swap” griego a través de una cuenta en el paraíso fiscal de Delaware, que ha llevado a Grecia al borde de la quiebra. Mario Draghi, nuevo presidente del BCE, exgobernador del Banco de Italia, era el vicepresidente de Goldman Sachs Internacional durante esa época. Mario Monti, que será el sucesor de Berlusconi, ha sido comisario europeo, director europeo de la Trilateral y también asesor de Goldman Sachs. Lukas Papadimos, nuevo primer ministro de Grecia con una coalición que incluye hasta la extrema derecha, es un tecnócrata y acreditado economista y banquero, que se formó en Estados Unidos -como los anteriores-, en el famoso MIT de Boston. Como director del Banco Nacional de Grecia, gestionó con la ayuda de Goldman Sachs el paso del dracma al euro. Recordemos que hasta que llegó la crisis se guardaban las formas entre los políticos y los banqueros, aunque no el fondo, pues sabíamos quién mandaba en realidad. Pero una cosa es gobernar y otra tener el poder, y dábamos por hecho que los políticos gobernaban, mientras que los banqueros tenían el poder. Ahora ya lo tienen todo, gobierno y poder, por lo menos, en Grecia, Italia y el BCE. En esta crisis había signos evidentes del poco margen de maniobra que tenían los políticos ante los poderes económicos, y éramos conscientes de la pérdida de soberanía de los estados, pero siempre quedaba la esperanza. Y esa la vamos recuperando gracias a la indignación mundial, que organizada en movimientos transciende fronteras velozmente por las redes sociales. El 15 de Octubre lograron convocar la primera manifestación global contra el modelo capitalista, reclamando una vida pacífica, un futuro sostenible y una democracia donde lo importante sean las personas. Ahora los intelectuales pueden decir que sin líderes, sin programas y sin estructura existe un riesgo de desaparición de estos movimientos. Se olvidan de lo tozuda que es la realidad. Porque estos movimientos de indignados son como el rayo que no cesa ni se agota, que decía Miguel Hernández.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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