martes, 29 de noviembre de 2011

Reflexiones sobre el comité federal.

En el comité federal del PSOE del pasado sábado, la mayoría de los intervinientes asumieron que la crisis traducida en casi cinco millones de parados fue la causa principal de la derrota electoral del 20-N. Pero la crisis no lo explica todo. Esta no es una derrota coyuntural, sino estructural de personas y de ideas. Desde la crisis económica, las personas del aparato del partido no vienen haciendo bien las cosas, pues buscan soluciones a una posible intervención con medidas de corte neoliberal o de derechas. Menos mal que muchos asistentes a ese comité reivindicaron un nuevo proyecto para salir de la recesión en línea con los partidos socialistas europeos y basado en el control de los mercados por la política, y no al revés. Hay que renovarse y no desviarse. Pero las criticas o las autocriticas al Gobierno y al partido en esta crisis fueron pocas y supieron a poco. Sólo Zapatero admitió que, si bien la crisis era la clave de una derrota tan espectacular, había habido errores en su gestión y en la comunicación fundamentalmente tras los recortes de mayo del 2010, cuando no acertaron “a integrar su explicación en un discurso global y coherente”. Aclaró que el error no estuvo en las medidas, sino en la insuficiente explicación, pues volvió a insistir en que “no había alternativa”, postura con la que difiero. Rubalcaba mantuvo otra actitud porque está predispuesto a ser candidato a la secretaria general como se vislumbró a lo largo de la sesión del comité federal. Intervino dos veces, al inicio y al final de la sesión, como si ya fuera el secretario general. Y aprovechó para reivindicar el programa con el que se presentó el 20-N porque es ese proyecto renovador que ayer reclamaron la mayoría de los asistentes. Pero Rubalcaba se queda corto, hay que reactualizar ese programa para hacer oposición -era un programa de gobierno-, y no iniciar un camino de irrelevancia política. Eso sería el principio del fin. Rubalcaba dio el sábado la primera batalla para la secretaria general, aunque sin formalizar todavía su candidatura. Y apostaba por un proceso abierto y participativo para la elección del nuevo secretario general: “Escuchar, hacer y explicar es mucho más que un lema de campaña. Es la forma de hacer política en el futuro, no vamos a poder hacer las cosas de otra manera. Es lo que reclaman los militantes… Sabemos por experiencia que cuanto más abierto sea el congreso, más debate y más participativo, tanto mejor para el PSOE”. Así que Rubalcaba parece un valor seguro para liderar el partido en esta travesía del desierto. Eso si no hubiera otro/a candidato/a.

María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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