viernes, 18 de noviembre de 2011

Un panorama oscuro.

Ayer en una entrevista de la cadena SER, Rajoy repitió más de veinte veces la palabra confianza. Por eso los medios dicen que el 21 de noviembre triunfará el Señor Confianza. El candidato de la derecha insiste una y otra vez en mítines y entrevistas que para que se recupere la economía es capital la confianza. Y como con la victoria del PP se van a generar toneladas de confianza, el resto será coser y cantar. Ya está todo solucionado. Se acabó la crisis. Pero, qué pasa si los mercados no se impresionan con tanta palabrería como los electores españoles. Y si persiste la subida de la prima de riesgo, sigue sin aparecer el crédito, no se genera empleo, no se consume y continúa la crisis. A quién le echaremos la culpa, a Zapatero o a Rubalcaba. Sin embargo, lo más peligroso para nuestro futuro es que los populistas populares no utilizan el consenso político para gobernar, pero si el Gobierno para retener el poder, que es lo que les importa. Y recurren al populismo, que a pesar de sus características anti-institucionales, no tiene como objetivo transformar las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas, sino preservar el poder y la hegemonía política a través de esa popularidad, alejando a los ciudadanos de la democracia y de la libre elección. Entonces, quién decidirá. No hay duda, el poder financiero. Mientras, la izquierda seguirá machacándose, como está haciendo en esta campaña, para que la derecha neoliberal siga vaciando de contenido la política y nos diga que las afiliaciones ideológicas de izquierda y derecha son cosas del pasado, que hay que dejarlas aparcadas en la trastienda como cosa antigua porque ya no valen. Situación parecida a la de Italia y Grecia donde los políticos ya no sirven y los estados están perdiendo su soberanía en manos de los tecnócratas. Lo ha proclamado Mario Monti en su nombramiento, “la ausencia de políticos hará que éste sea un Gobierno más sólido”. En plena crisis se hablaba de necesidad de refundar el capitalismo, pero es el capitalismo a fecha de hoy quién está refundando la democracia. Habrá esperanza. Siempre queda, porque la indignación mundial nos ha hecho considerar la política. Porque el sistema no se sostiene sin los que trabajamos y votamos. Porque todavía queda la calle y la voz no dormida de quienes creemos que desde abajo podemos boicotear, ignorar y estar por encima de esos gobiernos que no sirven a los intereses del pueblo. Y porque, a pesar de todo, el mundo que queremos todavía es posible.
María José Jiménez Izquierdo y Ángel Luis Jiménez Rodriguez

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